Convertirte en el mejor Director General, líder, o el mejor colaborador de tu organización es una cuestión de conocer si es debido al talento o a las competencias. ¿Qué diferencias existen entre ellas? ¿Cuál de ellas representa mayor productividad para las organizaciones?
El talento puede estructurarse con muchas competencias que favorecen el éxito en cualquiera de estos puestos de trabajo. La gestión de talento se ha diversificado en muchos ámbitos organizacionales, entendida como el proceso que desarrolla e incorpora nuevos integrantes a la fuerza laboral de la organización y que, además, hace que los colaboradores que ya forman parte de la empresa se mantengan en ella, crezcan y mejoren.
Gestionar el talento no es sólo un reto para toda el área de recursos humanos de una organización; debe tomarse muy en serio pues la fuerza laboral es el corazón mismo de la empresa ya que busca desarrollar a todos los colaboradores en el máximo de sus aptitudes y habilidades, explotarlas para el desarrollo personal y la mayor productividad.
Podemos concluir con que el talento si bien puede ser algo innato, poseerlo no es suficiente. Es necesario desarrollarlo por medio de las competencias que justamente se definen como "la capacidad para desarrollar algo".
En cuanto a su utilidad, podríamos más bien discutir el momento oportuno de su aparición, el talento será necesario al momento de aspirar a un puesto, la intención de conseguirlo y el obtenerlo. Las competencias deberán ser parte del desempeño integral del colaborador. Para las organizaciones ambas son bienvenidas pues representan mayor productividad del colaborador, pero recordemos que es trabajo de la organización potenciarlas por medio de cursos, talleres, capacitaciones e incluso estudios posteriores a los que el colaborador ya tiene.
El colaborador es la persona encargada de crecer, laborar, aportar y aprovechar todas las oportunidades que la organización le brinda.
La organización tiene como finalidad, además de sus fines meramente lucrativos, apoyar a la comunidad, al desarrollo humano, un compromiso con la sociedad y la retribución de todo lo que ella le ha brindado para su crecimiento.
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