El talento que se requiere en un primer momento es el talento que trabaja en equipo.
Un talento diferente es el innovador y emprendedor. Todo profesional puede innovar desde su puesto, rol y área de trabajo en cada organización: como directivo, comercial, técnico u operativo. Este tipo de profesionales son los que más valor aportan a la empresa. Sin embargo, actualmente los profesionales innovadores y emprendedores son escasos en el mercado laboral, y no logran sobrevivir o destacar en todas las organizaciones, sólo en aquéllas que les permitan mayores márgenes de libertad y flexibilidad.
Todo talento requiere de tres aspectos clave: la capacidad, el compromiso y la acción.
Las capacidades son los conocimientos, habilidades y competencias o actitudes que tiene cada colaborador. Es cierto que los conocimientos son necesarios y básicos: alguien que “no sabe” no podría desarrollarse en determinado puesto, pero es más importante saber aprender en cada ámbito que se considere. Actitudes como el liderazgo, atracción e identificación de clientes, la intuición, el reconocimiento, la capacidad de adaptación a las nuevas tecnologías son muy valiosas en nuestra era.
En cuanto al compromiso, debemos apelar a un total involucramiento por parte de los colaboradores en la organización. Las capacidades constituyen la base del talento, pero el compromiso es la mayor motivación para que el profesional aporte su máximo y no cambie constantemente de organización. Al igual que cuando hablamos de la responsabilidad que es para la organización el desarrollo del talento, es su responsabilidad desarrollar las capacidades y fortalecer el compromiso. Existen muchas formas de motivación, por ejemplo, puede ser a través de proyectos donde se incluya a los colaboradores y obtengan una ganancia económica también.
Finalmente, dentro del talento debemos contemplar la acción o actividad que debe ser ágil y puesta en práctica en el momento adecuado, pues como sabemos, actualmente el tiempo es dinero. Debe existir una constante innovación debido a la evolución tecnológica tan voraginosa en la que vivimos: el profesional talentoso debe tener una firme toma de decisiones en el momento oportuno.