Cuando hablamos de talento, podría resultar ambiguo e improductivo el concepto si no definimos qué talento es el que le resulta útil a una organización al momento de gestionarlo. Debemos recordar que el talento depende del momento histórico en el que nos encontramos, no es el mismo talento que buscaban las organizaciones hace 20 años, al que buscan hoy en día. El talento que se valora no es universal, depende de la cultura, la sociedad, su realidad y la idiosincrasia misma de cada país del que estemos hablando.
El profesional con talento es aquél que alcanza resultados superiores dentro de una organización, es decir, podemos equipar talento = resultados. Sin embargo, el profesional con talento alcanza resultados superiores, pero necesita estar en una organización que se lo permita y que lo motive para ello.
Cada organización necesita un tipo de talento y cada profesional puede desarrollarse mejor en unas organizaciones que en otras y en unos roles mejores que en otros. Podemos decir que existen diferentes tipos de talentos, y no todos son buenos en todas las áreas. Por ejemplo, el talento directivo de un CEO será diferente al talento comercial que requiere toda organización; o bien, el talento técnico es diferente al talento operativo sin los cuales ninguna organización puede resultar exitosa.
Cada tipo de talento requiere capacidades diferentes y maximiza el valor que aporta a la organización desde un rol determinado. El hecho de que un profesional no alcance resultados mayúsculos muchas veces evidencia que le falta desarrollar habilidades y competencias, sin embargo hay que considerar que también debe existir un entorno favorable que empuje hacia el logro de objetivos.
Que una persona no resulte talentosa y eso se traduzca en bajos resultados, es una responsabilidad compartida entre el reclutador, el candidato y la organización que tiene el deber de hacer un proceso confiable y un proceso para retener al talento adecuado. Afirmamos que es responsabilidad compartida pues todo profesional tiene de manera innata un talento que será vital para toda organización de este siglo XXI: la capacidad de innovación y creatividad.
Si no ha aparecido este talento, lo que en realidad sucede es que no han existido los medios y el clima laboral para su aparición.
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