El concepto de gestión de talento humano nació en la década de los años 90's, y fue un término desarrollado por David Watkins, co-fundador y CEO de la organización Softscape para nombrar al proceso que seguían las empresas para atraer y retener a los colaboradores que fueran más productivos dentro de la organización.
La gestión de talento humano es el proceso en virtud del cual toda organización capta a los colaboradores que aporten mayor productividad y fomenten el crecimiento de la misma. Al tratarse de un proceso, está compuesto por diferentes etapas que deben siempre estar a cargo del departamento o área de recursos humanos de toda organización. Actualmente esta gestión de talento humano es prioritaria en las organizaciones debido a la naturaleza del proceso globalizante y las exigencias del mundo empresarial.
Dentro del proceso de gestión de talento humano se encuentran en un primer momento las etapas de reclutamiento, selección, capacitación y no olvidemos lo importante que es, una vez que el colaborador se encuentra dentro de la organización, realizar un correcto onboarding, término que revisaremos en otra oportunidad.
En un segundo momento deberán existir evaluaciones de su desempeño y del clima laboral, con ello la organización llevará a cabo el desarrollo del talento con base en sus resultados, pues conocerá en qué ámbitos se debe trabajar con mayor empeño.
La gestión del talento humano debe realizarse con base en procesos finos que garanticen la eficacia en la selección del personal y en el desarrollo y formación del personal que ya se encuentra en la organización. En su mayoría el área de recursos humanos busca desarrollar en sus colaboradores competencias como la comunicación, el liderazgo, la innovación, la ética organizacional, la resiliencia, la adaptabilidad al cambio y la dirección de equipos; naturalmente para cada puesto de trabajo y debido a los diferentes valores organizacionales que se persiguen, en cada organización las competencias a desarrollar pueden variar.
La gestión de talento implica un cambio de comportamientos tendientes a alcanzar o, según sea el caso, acrecentar el grado de madurez deseado en función del puesto de trabajo que la persona ocupa en el presente o se prevé que ocupará más adelante en la organización. Para que esto sea factible las organizaciones deben ocuparse de mejorar sus sistemas de selección, captación, y retención, fases de la gestión de talento que analizaremos más adelante.